viernes, 15 de octubre de 2010

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CARLISTA EN ABANILLA


            Tras la muerte de Fernando VII se planteó el problema sucesorio entre los partidarios de poner en el trono a su hermano el infante Carlos María Isidro, y los defensores del derecho dinástico de la hija del rey, la princesa Isabel, lo que dio lugar a la primera guerra Carlista, la cual, entre otras, tuvo su repercusión belicista en las altas tierras del noroeste murciano y puntos limítrofes con Alicante, lugares de fácil penetración de los carlista, que dominaban el levante español. Orihuela fue una ciudad de arraigado integrismo, que llegó a enrolar una facción de 200 voluntarios en la partida carlista del jumillano don Miguel Lozano, militar profesional que alcanzó el grado de teniente coronel y murió fusilado en Albacete, a manos de la columna del liberal Portillo.
            Abanilla fue escenario de las correrías de uno de los lugartenientes del general carlista Cabrera (El tigre del Maestrazgo), llamado Forcadell. Su columna, en la primavera de 1837, efectuó varias operaciones de hostigamiento sobre territorio murciano, perseguido de cerca por el comandante isabelino don Pedro Chacón, que consiguió desalojarlo de Yecla y Jumilla. Inesperadamente, Forcadell irrumpió una noche la quietud de Abanilla, amedrentando al vecindario, saqueando la población y tirando por la ventana de su domicilio al secretario del Ayuntamiento, que murió por ello, dado que éste se negó a darle las llaves del arca de caudales municipal. Cometieron todo tipo de desmanes y atropellos, tal como lo refiere J. Riquelme Salar en su libro sobre la historia de Abanilla. Chacón preparó con urgencia efectivos que se dirigieron a socorrer a la población, pero el experimentado Forcadell les preparó una emboscada en un lugar próximo al pueblo, donde hizo varios prisioneros que fusiló de inmediato, emprendiendo la huida al amanecer, amparados por los vericuetos de la sierra. La muerte de estos milicianos isabelinos causó conmoción en Murcia y fueron objeto de exaltación romántica hasta el punto de llamarles “Los mártires de Abanilla”. Los  enterraron en el cementerio del Batalas y, dos años después (1839), trasladaron sus restos al cementerio de las puertas de Orihuela, en Murcia, con toda solemnidad y boato, para lo que se instaló un catafalco en la Glorieta, con procesión cívico militar y funerales en la Catedral. Sus compañeros de armas le encargaron un panteón al escultor Baglieto. Los periódicos de la época han dado cuenta de las andadas carlistas por Abanilla, las cuales resumo seguidamente:
- La Paz de Murcia. 05-01-1869: “El Ayuntamiento de Abanilla ha solicitado autorización de la Diputación para levantar una pirámide en memoria de los mártires de la libertad, sacrificados por la facción de Forcadell, el 29 de marzo de 1837…” (Desconocemos si dicha pirámide fue o no erigida)
- El referido diario, el 11-10-1870: “Se han quejado los vecinos de la plaza de Chacón, o de los Mártires de Abanilla, de los actos vandálicos que en ella causan continuamente los muchachos que allí acuden, subiéndose a los árboles y desgajando sus ramas, apedreando el monumento por el gusto de oír el sonido que produce, elevando sus piedras hasta la estatua de la Fama, que lo termina…estropeando sus lápidas…(este monumento se erigió en Murcia capital).
- El mismo diario, el 19-02-1875: “Varios de los fusiles que de Abanilla se llevaron los carlistas, los desecharon y fueron encontrados en el campo”.
- Ideen, 21-02-1875: “La partida que entró en Abanilla la mandan don Joaquín Aznar como jefe y don Francisco Asensio y su hijo don Antonio como comandantes”.
- Ideen, 18-04-1874:”Ha llegado a esta capital el cabecilla de la partida carlista levantada entre los términos de Abanilla y Orihuela. Son tres individuos que han sido hechos prisioneros por los voluntarios de Abanilla, al mando de su comandante don José León Atienza y el teniente don Antonio Ruiz Atienza, después de haber sostenido algún fuego cerca de ocho horas en la Umbría y sitio del Arrastrador. Quedan en la cárcel nacional a disposición de las autoridades…Debemos hacer mención de la actividad y celo del primer teniente de alcalde don José Chacel, que acompañado del síndico don José Yagües, se unieron al Sr. Atienza en la batida de la primera jornada, hasta que llegó el primer alcalde don Ginés Atienza…El Sr. Gobernador ha dado conocimiento de este hecho de armas de los voluntarios de Abanilla y de sus jefes,  al gobierno de la nación…El ministerio ha telegrafiado a la autoridad civil, elogiando tan leal conducta por la causa de la libertad, encargando se exprese así a su comandante, el consecuente liberal don José León Atienza”.
- Ideen, 28-04-1874, en un comunicado del Juzgado de Paz de Abanilla al citado periódico se da un detallado relato de los hechos, especificándose el nombre del cabecilla carlista, Almarcha, así como de los voluntarios, cuantificándose los daños de los robos cometidos en la cantidad de 500 Ptas., procedentes de los fondos municipales y del heredado de la huerta.     
- Ideen, 08-09-1875, dice: “El día 6 se produjo un encuentro entre carlistas, los carabineros y la guardia civil, que manda el Sr. Ganga…en el sitio del Agudo, entre la jurisdicción de Orihuela y Abanilla…Los carlistas huyeron a la desbandada, pues los vieron subir por Barinas, en dirección a la sierra del Carche”.
- Ideen, 27-01-1886, dice: “Los objetos que el alcalde ha remitido a la comisión de monumentos son: dos lápidas de mármol blanco en que se ven grabados los apellidos de las seis víctimas de Abanilla; al parecer fueron las primeras dos lápidas que se pusieron en el salón se sesiones del Excmo. Ayuntamiento. Tienen sus marcos de madera dichas lápidas”. (Se refiere al Ayuntamiento de Murcia capital)
- El diario de Murcia, del 10-12-1887 daba la siguiente noticia: “Un casi resucitado. Ayer se recibió en el gobierno civil la fotografía de un idiota, natural de Abanilla, llamado Pascual Cutillas Tenza, que, al objeto de identificar su persona, ha remitido el gobernador de Cáceres. A cerca del individuo en cuestión nos han referido la siguiente y curiosa historia: Hace trece años salió soldado el mencionado Pascual Cutillas, y como en aquella época de guerra civil  había manga ancha en la admisión y  reconocimiento de los reclutas, el infeliz Pascual, idiota y todo, fue llevado de golpe y porrazo al Norte. Su condición pacífica se avenía mal con los rigores y las fatigas de la guerra y un día dejó, al parecer, el campamento…y desapareció…Ni por más informes que se pidió se pudo averiguar la suerte del recluta…y en el batallón lo dieron de baja, creyendo que murió en el campo de batalla…su padre realizo, infructuosamente, un viaje en su busca, falleciendo poco después…Sus familiares persistieron en la tarea de indagar sobre su paradero, dando señales particulares de él, entre otras, la de tener varios grandes lunares en los brazos y espalda. Al cabo de trece años ha resultado Pascual Cutillas, en el hospital de Cáceres, donde ha sido retratado, desnudo completamente, para patentizar los dichos lunares. Dice que al huir del ejército se refugió en las cuevas de las montañas del Norte, donde hacía una vida salvaje y se alimentaba de lo que daba el monte, habiendo perdido el habla, aunque ya él era premioso para habla, cuando le arrebataron de su pueblo y de su familia. Hay algo aquí de la Isla Misterios”a.
- Ideen, el 09-03-1888: “La familia del sordo mudo Pascual Cutillas, natural de Abanilla, que se halla en el hospital de Cáceres, ha dirigido una instancia al Gobierno Civil, reclamando a dicho enfermo. Este es el mismo cuya larga historia de vicisitudes  relatamos hace unos meses a nuestros lectores…”
- Ideen, 03-10-1888: “Se han concedido billetes de ferrocarril, a mitad de su precio, para que la familia del sordo mudo de Abanilla vaya a Soria a recogerlo; y el Sr. Gobernador ha interesado a la Diputación Provincial para que abone el resto del costo del viaje”. (Lo de ir a Soria debe ser un error, porque estaba en Cáceres).
- El Liberal del 25-02-1908, en un artículo de José Frutos Baeza, sobre información histórica local de Murcia capital, “El arenal y la Glorieta”, refiere que en la Glorieta se realizó el solemne homenaje fúnebre a los patriotas muertos en Abanilla por Forcadell: “En el centro de la Glorieta se elevaba un costoso catafalco, y al desfilar frente a él la fúnebre procesión, con el Ayuntamiento precedido de maceros y porteros de vara, se descubrió una provisional inscripción de aquellos gloriosos nombres…”
            Sobre la persona del teniente de alcalde don José Chacel Ferrero, sabemos que fue médico director del balneario de Fortuna. Vivía en la casa que últimamente llamamos de la señorita Conchita, al comienzo de la actual calle Princesa, anteriormente del general Chacel, hijo suyo. El Diario de Murcia, del 20-09-1892 decía: “El sábado diez de los corrientes falleció en su casa de Abanilla don José Chacel Ferrero, cuyo entierro se verificó el lunes, asistiendo a él todo el pueblo en masa, dando así una prueba del cariño que tenían al jefe del partido conservador de aquella comarca, que fue en vida cumplido caballero en todo y por todo. El duelo fue presidido por su hijo don Julián Chacel García, comandante del Real Cuerpo de Ingenieros militares, por el alcalde del pueblo, don Monserrate Lillo, por don Santos Gómez de Albacete y otras personas distinguidas”. El doctor Chacel elaboró estudios y observaciones sobre el efecto terapéutico de los baños termales, así como de las propiedades medicinales de las aguas del  Balneario de Fortuna, las cuales se publicaron en revistas médicas de la época. El diario La Paz de Murcia, del 20-09-1892, también publicó la reseña de su fallecimiento, especificando que murió a la edad de 74 años. Su hijo, el general Chacel, fue comandante jefe de las fortificaciones militares de Cuba. A su regreso de dicha colonia estuvo en el Arsenal de Cartagena, pasando después a ocupar el cargo de director de la Escuela Superior de Guerra. Sobre este general dijo de él el diario El Liberal, de 20-07-1903, lo siguiente: “De memorable y de regocijo ha sido para este pueblo el de la venida del Excmo. Sr. don Julián Chacel García, general de brigada y en la actualidad director general de la Escuela Superior de Guerra. Una comisión compuesta por el Sr. Alcalde, varios concejales y muchos amigos han salido a recibir cariñosamente al que puede considerarse como hijo de Abanilla, porque no obstante no haber sido bautizado en esta parroquia de san José, se ha criado en este pueblo y en él conserva gratas afecciones. Hoy que sus heroicos méritos en la Isla de Cuba demostrados en varios combates que intervino y en uno de los cuales fue herido en la mano derecha; hoy que ostenta en su pecho meritorias cruces, viene a Abanilla no con deseo de lucir sus entorchados, sino para abrazar a la familia, a cuyo lado vivió y creció en sus primeros años y a saludar a todos sus amigos, sin distinción de clases ni personas, pues a todos quiere y todos lo estiman. En prueba de gratitud por los muchos y buenos servicios prestados en varias ocasiones a Abanilla y a aquellos de sus hijos que le han necesitado, el Ayuntamiento en representación de todo el pueblo le adopta como hijo. 18 de julio de 1903”.

E. Marco, con la colaboración de Ginés Rocamora Vives.

Publicado en el programa de fiestas de 2008            

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