martes, 26 de octubre de 2010

¿SE CONSAGRÓ LA IGLESIA DE SAN JOSÉ EN 1709?



           
Según el diccionario de Pascual Madoz, impreso en 1850, nuestra iglesia fue consagrada por el obispo Belluga en los primeros días del mes de junio de 1709. Pero en las referencias que da se han observado varios errores, entre ellos el que las obras se iniciaron en 1700 y se acabaron en 1712, lo cual no es del todo cierto. A saber:
-         Los cimientos se empezaron a rellenar en 1691.
-         El arquitecto Toribio Martínez de la Vega visitó las obras y elaboró un informe en 1702, estando las paredes levantadas a cierta altura.
-          Lo que se llama la cubrición de aguas sí que parece que se concluyó en 1712, pues en febrero de dicho año se libró la cantidad de 10.000 reales por el Ayuntamiento y 15.000 por el comendador, para terminar la media naranja.
-         Lo del blasón en la puerta principal, con la fecha de 1712, todavía está por determinar de quién es, aunque puede coincidir con el hecho anterior de la donación del comendador. Es una sospecha sin confirmar.
-         J. Torres Fontes, en su libro “El Señorío de Abanilla”, da las fechas de Madoz, pero no corresponden a ninguna investigación particular al respecto.
-         El enlosado del piso del templo se puso en los años 1750-51.
-         El retablo, sin policromar, se terminó en 1740. El dorado y policromado, al igual que la pintura de la bóveda del altar mayor y los laterales, se hizo en 1757.
-         Las visitas pastorales y de sacramentos que se efectuaron en los años de 1708 y 1711, las realizó el vicario general del obispado.
-         La visita de 1709 sí que la efectuó Belluga y consta que estuvo en Abanilla los días 8, 9 y 10 de junio, administrando el sacramento de la confirmación, pero no se dice nada de la consagración del templo, aunque sí de la revisión de los libros parroquiales, actualmente en paradero desconocido.
-         En el artículo que escribió en el programa de fiestas de 2007, don Manuel Gil Martínez, nada nuevo aporta respecto de la consagración en 1709, más que lo dicho por Madoz. Sugiere celebrar en 2009 el tercer centenario, a falta de otros datos más concretos, los cuales no disponemos actualmente
-         El libro de “La Historia de Abanilla”, de Musá Ben Nusayr, da como buena la fecha de 1712 para la terminación de las obras, así como que en la visita realizada por la Orden de Calatrava, en 1719, ya se atestigua la revisión de la nueva iglesia de San José, pero en referencia a la fecha de consagración, 1709, dice: No se ha podido confirmar la certeza de dicha fecha, ni se ha localizado noticia alguna en la extensísima documentación consultada.
      Con los datos disponibles parece improbable que en 1709 se consagrara la iglesia de San José, por las razones siguientes: Porque no estaba concluida la obra básica, el cubrir aguas, pues faltaba la media naranja, que se terminó en 1712; y porque un acontecimiento de esta índole no se pasa por alto en la crónica de la visita del obispo.
      La fecha de 1712 parece más razonable considerarla como referencia para cualquier conmemoración posterior, a falta de mayor constatación documental y, a mi entender, podría celebrarse en 2012 el tercer centenario de la iglesia de San José, pues sabemos que en 1719 sí que estaba ya en servicio. Lo de la fecha de la consagración, actualmente, no está constatada, pero con los datos disponibles parece más lógico que fuese en 1712 que en 1709.

Resumen efectuado por E. Marco


Nota.- En el expediente de la declaración de BIC, con categoría de monumento, de la Consejería de Cultura, se da como fecha de la consagración del templo el año 1712. BORM nº 51, de 03-03-09.  

domingo, 17 de octubre de 2010

Abanilla 1883 - 1899






                                                                                     


    22-09-1883
Tempestad con pedrisco

El alcalde de Abanilla participa a este Gobierno  de provincia que en la tarde del 16, a las cuatro y media de ella, descargó en aquél término municipal una horrible tempestad, acompañada de truenos y relámpagos y un pedrisco que ha durado tres cuartos de hora, dejando aquellos campos y la pequeña huerta destruidos y sin esperanza de que el arbolado pueda cosechar el año venidero. Se está instruyendo expediente de calamidad pública para elevarlo al gobierno de S.M., y el Sr. Gobernador ha ordenado se dé conocimiento de este desgraciado siniestro al Sr. Ministro de la Gobernación, a la delegación de Hacienda y a la prensa.

                                         27-02-1885
Robo en la iglesia

El miércoles de la semana anterior hubo conatos de robo en la iglesia parroquial de Abanilla. Parece que aquella noche al ir el sacristán a tocar a ánimas, se encontró con un hombre en la referida iglesia, a quien cogió y lo presentó al alcalde del pueblo, ante quien declaró su propósito y la complicidad de otros dos y tres mujeres; todos los cuales han sido entregados al juzgado de Cieza

                       
22-03-1885
Contrabando de tabaco

   Ha sido aprehendido en Abanilla, por fuerza de carabineros, un bulto de cajetillas de tabaco de contrabando, de las de 18 céntimos.

                                      5-09-1885
Fuentes de Algarrobo e Higuera (Dice El Noticiero)

    Se nos dice por persona competente y conocedora del terreno, que las fuentes del Algarrobo y de la Higuera situadas en los términos de Fortuna y Abanilla tiene caudal suficiente para surtir a Murcia.
     El agua de la fuente del Algarrobo es riquísima, digestiva  y de inmejorables condiciones.
     Recomendamos al Sr. Alcalde esta noticia, para que se estudie por quien corresponda.
 
                           25-10-1885
Fiebres

     Se han concedido 1000 pesetas al ayuntamiento de Abanilla, para socorro de los enfermos de fiebres perniciosas.      


                                
                                   29-01-1886
Víctimas de Abanilla
Objetos remitidos a la comisión de Marruecos: Dos lápidas de mármol en el que se ven grabados los apellidos de las seis víctimas de Abanilla, al parecer fueron las primeras dos lápidas que se pusieron en al salón de sesiones del Excmo. Ayuntamiento. Tienen sus marcos de madera dichas lápidas


                                 23-10-1886
Huidos a África

Para ayer estaba anunciada la vista en la audiencia de una causa contra ocho individuos por tentativa de robo sacrílego en la iglesia parroquial de Abanilla, pero no pudo celebrarse por encontrarse en África cuatro de los procesados. Uno de los que acudió sufrió en el local un fuerte ataque epiléptico, del que tardó en volver cerca de media hora.

                                    7-11-1886
Dinero falso

    Anteayer se presentó en un estanco de Abanilla un sujeto exigiendo en cambio a calderilla de cuatro duros de plata. Al poco de salir dicho sujeto del estanco, el dueño advirtió que las cuatro monedas eran falsas. Denunciado el hecho a la guardia civil, esta detuvo al timador, quien manifestó que el dinero procedía de un vecino de aquel pueblo. Inmediatamente la guardia civil practicó un reconocimiento en casa de este último y encontró en el cajón de una cómoda cincuenta y siete duros falsos en otras tantas piezas más siete duros en plata suelta también falsos. Ambos sujetos con dicha cantidad fueros puestos a disposición del juzgado correspondiente. La guardia civil sigue practicando activas gestiones para averiguar donde existe esta clandestina fabricación de moneda.

                              25-03-1887
Dormido en la iglesia
 
En el juicio de ayer ocupaban el banquillo de los acusados dos mujeres de avanzada edad y dos hombres jóvenes, vecinos todos ellos de Abanilla, contra los cuales se seguía causa por tentativa de robo.
  Sucedió que una noche Pedro Martínez, que es un buen cristiano, asistió a los ejercicios del templo parroquial de Abanilla, y como de repente se sintió indispuesto, efecto de un accidente que padece, se retiró el hombre a un rincón  donde se encontró al volver en sí encerrado en la iglesia, esperando resignado que le sacristán le ocurriese abril para recobrar la libertad.
  Se acercaban las nueve de la noche, cuando estaba bien ajeno de que allí hubiese alma viviente, abrió la puerta para tocar a ánimas y se vio sorprendido por un hombre que salía como alma en pena. ¡Ladrones! -gritó alterado el sacristán. Se tocó a escándalo en el pueblo, y aunque se registró bien la iglesia y ninguna señal se notó de robo, el pobre accidentado dio con su humanidad en la cárcel acompañado de las otras tres personas que se suponían cómplices. 
     Afortunadamente, para ellos resplandeció ayer la justicia. El teniente fiscal pidió a la absolución a los cuatro, considerándolos personas muy cristianas y muy honradas incapaces de que por sus mentes pasasen nunca la idea de robar y menos en sagrado.
  Tal pesaron sobre sus ánimos las palabras del Sr. Villa y las primeras que sinceramente pronunció el defensor Sr. Casalduero, que los cuatro procesados, a una, prorrumpieron en tal amargo llanto que rea capaz de hacer mella en el corazón del más empedernido sacristán.

                            6-01-1888
A guitarrazo limpio

  Dos cuadrillas de jóvenes que iban de ronda en las cercanías de Abanilla, cantando al son de guitarras, se tropezaron, dijeron de hacer un cuerpo ambas músicas, no hubo avenencia, se dieron palos y guitarrazos, salió uno con un trenque en la cabeza y nada más. Los procesados son seis, pero tres han sido declarados rebeldes por no haber comparecido en la audiencia, a pesar de los diferentes llamamientos que se les han hecho.


                                                         24-02-1888                                                               

Carretera para Abanilla (Dice Las Provincias)
  Si nosotros fuéramos amigos del Sr. Ministro de Fomento, le recomendaríamos como cosa justa y conveniente la inmediata construcción de la carretera del Alto de la Atalañas a Fortuna, con el objeto de que este pueblo y el de Abanilla, se pusieran en comunicación con el resto del mundo, pues hoy viven aislados con grandísimo quebranto de los intereses particulares y de los públicos.

                                29-07-1888
Plaza de toros en Abanilla

Según tenemos entendido, se ha formado en este pueblo una sociedad taurina,  la cual esta construyendo una bonita plaza de toros para en ella dar una corrida de novillos el día 14 de septiembre con motivo de la gran fiesta que tiene por costumbre celebrar este día en dicho pueblo, siendo los encargados de la lidia los jóvenes siguientes:
        Espadas: Juan de Dios Ramón y José Salar Riquelme.
         Banderilleros: José Ruiz, José Martínez Asensio, Salvador Sánchez, Antonio Riquelme.
        Picadores: Antonio Ruiz Salar, Pedro Marcos Marcos. José Antonio Lillo y Juan José Pacheco Salar.
        Puntillero: Diego Martínez Asensio.
      Deseamos que estos jóvenes se diviertan sin consecuencias desagradables.

                            
   27-05-1890
Terrenos pantanosos
  
Existen a la salida de este pueblo por el camino de Orihuela cerca de la era de los Sánchez, unos terrenos pantanosos de los que se desprenden miasmas perjudiciales a la salud, como tristemente se probó por la epidemia sufrida por aquél  vecindario el año 1885, que tantas víctimas causó.
       Llamamos pues la atención del Sr. Alcalde de Abanillla para con preferencia a cualquier otro servicio, se proceda al desagüe y saneamiento de los expresados terrenos, en bien de la salud y de sus administrados.

                                        9-10-1890
Esteras y tapices

“La Cora de Todmir”
  Cartas al Sr...D. Andrés Baquero.
      Al enumerar las poblaciones de la comarca murciana, en mi carta anterior, dejé de nombrar a Abanilla (Bauyaliya), citada por Al-Maccari en sus Analectes, como lugar de fabricación de esteras y tapices bordados que empleaban para cubrir  las paredes, de los que se hacían gran exportación a Oriente, donde se estimaban mucho y eran pagados a alto precio: El texto de los Analectes no dice Abanilla, sino Tintelia, pero esto es una de tantas erratas en que solían incurrir los copistas árabes, especialmente tratándose de nombres extraños a su lengua.

                                   20-09-1892      
Entierro del padre de general Chacél

     El sábado 10 de los corrientes falleció en su casa de Abanilla, D. José Chacél Ferrero, cuyo entierro se verificó el lunes, asistiendo a él todo el pueblo en masa, dando así una prueba de cariño que tenían al jefe del partido conservador de aquella comarca, que fue en vida cumplido caballero en todo y por todo.
    El duelo  fue presidido por su hijo don Julián Chacél García, comandante del Real Cuerpo de Ingenieros militares, por el alcalde del pueblo D. Monserrate Lillo, por D. Santos Gómez de Albacete y otras personalidades distinguidas.

                                5-03-1894
Octogenario fecundo
  
Después de 40 años de matrimonio sin tener sucesión, y habiendo enviudado, casó de nuevo hace once años y a la edad de 69, un sujeto, con una joven, que en dichos once años, le ha dado nueve hijos, en cinco veces; en dos de ellas dos gemelos; los primeros se malograron pero los últimos siguen tan buenos y ha venido al mundo hace pocos días, contando el afortunado padre la respetable cifra de ochenta años.
     La cosa ocurre en Abanilla y ese prolífico octogenario se llama Antonio Villalba. Dios le dé salud por muchos años.
     No hay que decir (porque estas cosas no les pasan más que a los pobres), que el matrimonio no tiene sobre qué caerse muerto.
     Bien merecía ese buen viejo que a los ochenta años da servidores a la patria, por partida doble, una subvención de Estado.

                                         26-02-1895
Cortes de pinos
  
Se halla entre nosotros don Enrique Pons apoderado del Sr. Marqués de los Castellanos el que según nuestros informes trae ánimo de mandar cortar ocho o diez mil pinos de la hacienda del Algarrobo.
     Le enviamos nuestro cariñoso saludo.

                       2-05-0-1897
Fiestas de la Cruz
 

 Ayer salió para Abanilla la banda de música de la Casa de la Misericordia con objeto de amenizar las fiestas de la Cruz que se han de celebrar en aquél pueblo.

                               25-05-1897
Vuelve a su procedencia
   
En Abanilla ha sido detenida y entregada a su esposo una mujer que había abandonado el domicilio conyugal.

                            2-08-1899
Poesía
A la preciosa morena
SRTA. ÁNGELES SALAR.

En el pueblo de Abanilla
es tu gracia soberana,
solamente tanto brilla
la hermosura de tu hermana
que es guapísima chiquilla.

No formes  queja de mí,
ni me aborrezcas, por Dios;
porque me he explicado así:
que hoy te felicito a ti
por lo que os quiero
a las dos.
E.G.

           

 Gabriel Esteve Ruiz
  
  Publicado en el programa de     fiestas de 2004

viernes, 15 de octubre de 2010

EL CENTAURO DE LA MANCHA


            Juan de Cereceda y Carrascosa (1665-1743), natural de Villar del Saz de don Guillén (Cuenca), actualmente Villares del Saz, hijo de Juan de Cereceda García y de Agustina de Carrascosa Melero, fue un destacado militar de caballería conocido en su tiempo por los sobrenombres de “El Centauro de la Mancha y también por El Macabeo español”. Su relación con nuestra villa viene dada porque fue nombrado por Felipe V caballero de la Orden de Calatrava y comendador de Abanilla, cargo que mantuvo hasta su muerte. Además de lo ya referido de él en otros escritos, voy a ampliar más datos sobre sus hasta ahora conocidas vicisitudes en el ámbito familiar y militar:
Genealogía.- Tanto sus padres como sus abuelos paternos y maternos fueron hidalgos. Murió célibe y su herencia pasó a su hermana, Catalina, casada con Roque Cabrera y Quiñones, de Chinchón, que tuvieron por hijos a Juan y María Cabrera Cereceda. Juan se casó con Nicolasa de La Encina y tuvieron trece hijos, siendo el primogénito Ramón Cabrera La Encina, que fue caballero de la Real Maestranza de Ronda, institución militar nobiliaria de caballería, a modo de cofradía, al servicio de la Corona. Por algunos legajos del último tercio del siglo XVIII, sabemos que Ramón Cabrera residió algunas temporadas en Abanilla, administrando las propiedades de su padre: ganados, fincas e  inmuebles. Estas propiedades estuvieron en manos de sus sucesivos herederos hasta principio del siglo XX, siendo el último de ellos Miguel de la Torre Cabrera, que no tuvo descendencia. De los Cabrera ha quedado en nuestra villa el testimonio esculpido en las piedras armeras de la casa Cabrera y de la finca del mismo nombre, así como en dos losas de enterramientos en la iglesia parroquial. Presumiblemente el blasón de la casa Cabrera y los de las losas de los enterramientos pudieran ser de Ramón Cabrera La Encina y el que hay en la finca, junto a la ermita, de Miguel de la Torre Cabrera. Asimismo entra dentro de lo posible que la ermita de la finca de la casa Cabrera, probablemente erigida en 1714, a la advocación de San Juan Bautista, se construyera a expensas del comendador. Tenemos la sospecha de que el blasón existente en el piso de la puerta principal de la iglesia parroquial, fechado en 1712, pudiera ser del “Centauro de la Mancha”, sin que se pueda afirmar nada al respecto, dado que en su casa solariega de Villares del Saz, llamada “la casona”, sito en el actual nº 19 de la calle Procesiones, hubo un escudo tallado en piedra que ha sido demolido en las obras de reforma efectuadas, sin que haya quedado constancia gráfica ni descriptiva del mismo, que nos pudiera servir de comparación o referencia.
Servicios en la milicia.- A pesar de su hidalguía no se han encontrado  referencias de empleos militares en sus ascendientes próximos. Sus padres y abuelos se dedicaron a la agricultura y la ganadería. Cuando estaba estudiando en el colegio de los Jesuitas, en la cercana población de Huete, y faltándole todavía unos meses para cumplir los 18 años de edad, se enroló como soldado voluntario en una compañía de caballería del Rosellón que estaba de maniobras por dicho lugar. Partió de inmediato, sin comunicarles nada a sus progenitores, causándoles un disgusto y pesar sin precedentes. Regresó a su pueblo natal en plena guerra de Sucesión a visitar la tumba de sus padres ya fallecidos. A los doce años de servicio ascendió a capitán, cosa que no era normal en personas sin antecedentes  militares en la familia. Se destacó en la guerra del Rosellón, contra los franceses, en la batalla del Ter y en la defensa de Barcelona, en 1697. Le reconocieron su valor y destreza, con visos de heroicidad. Se especializó en misiones de hostigamiento y observación, lo que después pasó a denominarse “guerra de guerrillas”. En 1701 la caballería del Rosellón abandonó Cataluña y se instaló en Vicálvaro, junto a la Corte, trasladándose después a Santiago de Compostela. En 1702 se constituyó en regimiento, siendo promovido Cereceda al empleo de teniente coronel.
            Inmersos en la guerra de Sucesión, del lado de FelipeV, tomó parte en la invasión de Portugal, en el asedio de Gibraltar y otras escaramuzas y golpes de mano en las que alcanzó reputación militar hasta el punto de que el enemigo temía sus emboscadas interceptando convoyes de suministros, bagajes, pertrechos y productos de las rapiñas, siendo famosa la que le hizo al conde de Peterborough, general inglés, cuya valoración ascendía a 200.000 pesos. Estuvo en la reconquista borbónica de Orihuela y Elche, lo que entre otras cuestiones le sirvió para el ascenso a coronel. En San Vicente del Raspeig, en el camino que va a Castalla, protagonizó una escaramuza que fue muy sonada, interceptando a un destacamento inglés que había salido de Alicante y se dirigía a Játiva, cuyo número de efectivos le quintuplicaba, haciéndolos prisioneros a casi todos. En la batalla de Almansa, en 1707, que fue decisiva para el triunfo borbónico, Cereceda y sus hombres se destacaron por su rapidez de reflejos, resolución y capacidad de movimiento, dado que ya no se trataba de operaciones aisladas o golpes de mano, sino de una batalla en toda regla, a campo abierto y con ejércitos formados en línea, donde cada uno recibe órdenes concretas para ser ejecutadas sin cambio del guión. Los informes de sus superiores influyeron para que fuera agraciado por el Rey nombrándole caballero de la Orden de Calatrava y comendador de Abanilla, en 1709, encomienda de pingüe renta, sin que tengamos constancia de su presencia en ella, pues en los documentos consultados figuran los nombres de sus administradores, excepto en el contencioso mantenido con el obispo Belluga y en el testamento del párroco don José Vives, ya referidos en el libro de la historia de nuestra parroquia.
            En 1720 se retiró voluntario de la milicia, con el grado de mariscal de campo. Vivió el resto de sus días en su casa solariega de Villares del Saz. Renunció al cargo de gobernador civil y militar de la ciudad de Alicante y su puerto, alegando que “antes prefería mandar a cuatro soldados inválidos que a miles de civiles”. En 1734, a pesar de no estar en activo, le ascendieron a teniente general de los Reales Ejércitos, empleo  que no ejerció pero que ostentó hasta su muerte, acaecida el 1 de noviembre de 1743. Fue enterrado en la iglesia parroquial de Villares del Saz, en la que se realizaron obras de ampliación y reforma pocos después, en 1748. Sus herederos han colocado una lápida de mármol rojo en el lado de la epístola, en cuyo epitafio quedan reflejados sus cargos militares, figurando grabado en su centro el mismo blasón que hay en la Casa Cabrera de Abanilla, pero sin los ornamentos exteriores de las banderas, cañones, bolaños, tambores etc.
            Aprovecho este escrito para dar fe de erratas al artículo que se publicó el pasado año 2007, con el título “Cronología de la soldadesca en las fiestas”, pues en la página 62, columna 3ª, línea 42, pone que don Juan de Cereceda y Carrascosa, que fue comendador de Abanilla, tuvo el cargo de maestre de campo de uno de los Tercios de Italia. En su lugar debe decir que: tuvo el cargo de maestre de campo, inspector de los regimientos de caballería de los reinos de Valencia, Aragón y Cataluña. Lo referido en el presente escrito sobre la genealogía de Cereceda, debe servir de fe de erratas respecto a algunas imperfecciones cometidas en el artículo publicado en 2005, que lleva por título “Don Juan de Cereceda y Carrascosa, comendador de Abanilla”.
E. Marco
Publicado en el programa de fiestas de 2008

Bibliografía consultada:
  • Diversos escritos y artículos de Marino Poves Jiménez, sobre Juan de Cereceda y Carrascosa.
  • Artículo de Juan L. Sánchez Martín, sobre Juan de Cereceda y Carrascosa, en la revista de historia militar “Researching & Dragona”.
  • En términos generales, las graduaciones militares establecidos por Felipe V, a partir de 1704,  fueron: Alférez, teniente y capitán. Teniente coronel, coronel, brigadier, mariscal de campo, teniente general y capitán general. Anteriormente no existían en el ejército español los grados de teniente. El alférez portaba la bandera y hacía las señales con ella. El grado de brigadier ha pasado a denominarse general de brigada y el de mariscal de campo a general de división.
AGRADECIMIENTOS: a Pedro Mateo Igual, que me acompañó a Villares del Saz y realizó las fotografías. A Agustín Gómez Muñoz, que fue nuestro guía. A Miguel Tejeda, por sus conocimientos sobre batallas y personajes militares de todas las épocas. Y a Marino Poves Jiménez, cuya aportación documental ha sido decisiva.

DATOS DE INTERÉS HISTÓRICO DE LA VILLA DE ABANILLA

Escudos y blasones:
- El de la fachada del Ayuntamiento es de Fernando VI.
- El del cuadro que hay en el despacho de la Alcaldía es del infante don Luis Antonio de Borbón, hermano de Carlos III y hermanastro de Fernando VI, que fue comendador de Abanilla.
- El que hay en la fachada de la Casa Cabrera, es de don Ramón Cabrera La Encina, hijo de Juan Cabrera Cereceda (sobrino del comendador don Juan Cereceda y Carrascosa).
- El que hay en la finca de la Casa Cabrera, en el Km. 11 de la carretera de Murcia, es de don Miguel de la Torre Cabrera, descendiente y heredero de los Cabrera, que murió en Murcia, en el año 1906, sin descendencia. Estaba casado con doña Leonarda Luján Zamora.
- El que hay en el piso de la puerta principal de la iglesia de San José, está por determinar. Se sospecha que pudiera ser el del comendador don Juan de Cereceda y Carrascosa. La fecha de 1712, es probable que fuera la de la consagración de la iglesia por el cardenal Belluga. La fecha de la consagración dada por el diccionario de Madoz, 1709, tiene bastantes posibilidades de ser errónea, pues no se cubrieron aguas (se terminó la media naranja), hasta 1712.
- El de la casa de Ramonet, esquina entre las calles Juan Carlos I y Emigrante, es de los Enríquez de Navarra, que fueron administradores de la Encomienda y propietarios de la Casa Pintada.
- El de la Casa Pintada es de los Enríquez de Navarra, emparentados con doña María de Molina.
- El del retablo de la iglesia de San José también está por descifrar, aunque tiene bastantes indicios de que pudiera ser el del Concejo, utilizado en la segunda mitad del siglo XVIII, pero, hasta ahora, no se ha encontrado la descripción al respecto. Los que hay en el piso del baptisterio, que estuvieron en las criptas de enterramientos del templo, el del rincón del fondo, a la izquierda, está por descifrar y los del lateral derecho, son iguales que el de la Casa Cabrera. La losa de piedra que hay en un expositor vertical, con la Santa Cruz tallada, proceda del paraje denominado Mascosa, en el antiguo camino de El Partidor a Barinas. Estaba colocada junto al camino y marcaba el lugar donde una persona murió de accidente al caerse de una caballería. Se considera que puede ser del siglo XVIII.
- El escudo histórico del Concejo de Abanilla, documentado en las actas concejiles del siglo XVI, era la cruz de Calatrava con una leyenda a la redonda: FAVANILLA. La bandera histórica de sus milicias concejiles era VERDE Y AZUL. Tanto este escudo como la bandera, están reflejados en las portadas del libro Historia de Abanilla, editado en 2008, por la Asociación Cultural Musá Ben Nusayr.
Lugares históricos:
- Antigua iglesia de San Benito y primer cementerio cristiano.- Por los restos encontrados durante la ejecución de las obras para la construcción del primer depósito del agua del Taibilla, detrás del monumento al Corazón de Jesús, probablemente estuvo enclavada en este lugar. Se construyó al comienzo del siglo XVI y se demolió a mediados del XIX. Se dice que era de estilo gótico, pero no de sillería, sino de mampostería. El primer cura calatravo fue frey Antón, en 1504.
- La primitiva fuente de la villa.- Se encontraba al principio de la calle Vereda, en la parte norte del castillo, en una oquedad al pié de la sierra. Se secó en 1792.
- La fuente de la calle Mayor, actualmente plaza de Las Cortes.- Se emplazó aquí esta fuente en 1880. En el año 1792, al secarse la fuente de la vereda de la Cañada, se excavó una mina desde la calle Mayor hasta la Lonja, donde se alumbraron nuevos caudales de agua, los cuales se condujeron al principio de la calle Infante, donde ahora comienzan las escaleras, pues así lo relaciona el diccionario de Madoz, en 1850. Las aguas de esta fuente son de origen termal, como la de los baños de Fortuna. Salen a una temperatura de 20º C. y en su composición llevan sales sulfurosas, lo que les da un sabor y olor característico. Actualmente no son potables. No es apta para cocer legumbres.
- El lavadero.- Se hizo a la vez que se trasladó la fuente a la calle Mayor, en 1880. Ha sufrido varias transformaciones a través de la historia, siendo la más importante la que se efectuó en el año 1929. Las aguas se recogen en una balsa, actualmente en el sótano del Auditorio, con las que se riegan los arrabales de la población. Como la mina de la calle Mayor la costearon el Concejo y varios particulares, estos se adjudicaron mediante escritura pública, el derecho de aprovechar las aguas sobrantes para regar sus bancales; derecho conseitudinario que todavía perdura.
- Iglesia de San José.- Se empezaron a llenar sus cimientos en 1691, sobre un solar donado por José Tristán Rocamora. Se cubrió aguas en 1712, al terminar la media naranja, fecha en la que, posiblemente, se consagró al culto, aunque el enlosado de piedra del suelo y los altares de las capillas laterales se hicieron posteriormente. En 1702, visitó las obras el arquitecto Toribio Martínez de la Vega (el del puente viejo de Murcia), el cual elaboró un informe que sirvió de base para la conclusión de las obras, cuyas paredes ya estaban levantadas a 7 metros. El retablo es obra de Jacinto y Antonio Perales, de Orihuela. Se empezó en 1733 y se concluyó en 1763. Estos escultores son también los autores del retablo de la iglesia de San Miguel, en Murcia, muy parecido al nuestro, y de la capilla de la Virgen del Rosario de la catedral de Orihuela. Las pinturas de la bóveda y los laterales, que representan: la Natividad del Señor, los desposorios de San José y la Virgen y la huida a Egipto, son de Antonio Llopis, realizadas en 1757. La actual capilla de la Santa Cruz es obra del escultor José Félez, de Alcorisa-Teruel, realizada en 1996. El altar de la Stma. Cruz, situado en el lateral derecho del crucero, junto a la puerta de la sacristía, ya hay referencias de que existía en 1760, aunque todas las capillas laterales son posteriores a 1940. Las imágenes de La Soledad, Ntro. Padre Jesús y la Dolorosa son del escultor José Sánchez Lozano y la de San Juan, de J. Lozano Roca, de la década de 1940. La Dolorosa que hubo antes de 1936, era del escultor Roque López, discípulo de Salzillo. Las imágenes del retablo, excepto la de San José, colocada recientemente, son de escayola, del escultor Nicolás Martínez y se colocaron en 1958. Las bóvedas de enterramientos que hubo en el crucero, capillas y nave central, fueron cegadas en 1974, cuando se enlosó el piso con mármol, pues anteriormente era de sillería. La columna situada en el centro del arco que sostiene el coro es de mármol de Macael, tallada por Juan Sansui, procedente de un claustro que se elaboró y no se puso, del colegio de Santo Domingo de Orihuela. Se colocó en 1763, a raíz de varios terremotos que asolaron la península Ibérica, siendo el más desastroso el que destruyó Lisboa. Actualmente la columna no cumple ninguna función estructural; está de adorno. La campana más antigua que se conserva es la grande, del lado norte, que marca también las horas. Es de 1862 y mide 107 cm. de diámetro. La estructura de hierro que corona la torre y tiene el campanil o carillón del reloj, se puso en 1929. La última restauración de este templo se efectuó en la década de 1990. La altura topográfica sobre el nivel del mar, en el campanario, es de 223 metros.     
- Monumento al Corazón de Jesús, en el Lugar Alto.- Se erigió en 1946. En 1957 se hicieron las escaleras de acceso desde la plaza del Ayuntamiento. A su espalda, en la década de 1960, se hizo el primer depósito del agua del Taibilla, donde, posiblemente, estuvo enclavada la antigua iglesia y primitiva parroquia de San Benito. Posteriormente, en la parte más alta de este lugar (268 metros de altitud), sobre los restos del antiguo castillo o fortaleza, el cual, según las crónicas, en 1719 ya estaba abandonado y en ruinas, se construyó otro depósito circular para el agua del Taibilla. Solamente se conserva un paramento de esta fortaleza, en la zona sur.
- Ermita de Santa Ana.- Está enclavada en las ruinas de una antigua fortaleza que, según los indicios, primero fue romana, después musulmana y posteriormente cristiana. Se hizo la ermita a principio del siglo XVII, aprovechando restos de una construcción ya existente. El aljibe está dividido en tres compartimientos abovedados. Tenemos referencias de que en el siglo XVIII esta ermita tenía su ermitaño, que recibía paga del Concejo. La fiesta en honor de la Señora Santa Ana fue instituida en esta villa en el año 1566, por el Concejo, cuyo documento todavía se conserva. Ha sido remodelada en varias ocasiones, siendo la última en 1986. La imagen de San Joaquín se puso en 1942. La altura en este lugar es de 213 metros.
- Ermita de Mahoya.- Según la leyenda está edificada sobre los restos de un morabito. Se dice que en este lugar, en época poco precisa, se apareció o encontró la Santa Cruz. La actual ermita se edificó a principio del siglo XX (1904-1908), aprovechando los materiales de sillería de otra ermita más pequeña que allí hubo. Según ciertos indicios documentales, esta ermita antigua pudo ser edificada a finales del siglo XVI, dedicada a Santa Ana. El actual retablo procede del seminario mayor de San Fulgencio, de Murcia, Se colocó en 1980. Ha sufrido varios arreglos y remodelaciones. En 1996, se colocó la reproducción del relicario de la Santa Cruz anterior a 1936, con la nube y los ángeles, según una fotografía de la época que se conserva. La talla es obra de los escultores J. Azcoitia y M. Márquez. El bronce es de Maite Defrut. En el balcón se baña la Stma. Cruz cada tres de mayo, con agua de la acequia. Anteriormente a la existencia de esta ermita, la Cruz se bañaba introduciéndola en la acequia. Los cuadros se han colocado recientemente y representan la tradicional leyenda del encuentro de la Santa Cruz, junto a la acequia, aunque los personajes llevan indumentaria de principio del siglo XX.
            Sobre la Santa Cruz y su fiesta, cabe decir que, según la tradición, se encontró o apareció a finales de la Edad Media o principio de la Moderna, junto a la acequia, en este lugar. Según la historia documentada, la cofradía de la Vera-Cruz de Abanilla data de 1564, aunque no se ha encontrado referencias de la celebración del 3 de mayo, con soldadesca, hasta 1770. En 1850, el diccionario de Madoz dice que el 3 de mayo es la fiesta que con mayor solemnidad se celebra en esta villa, con disparo de trabucos y baño de la Cruz en la acequia de Mahoya. No hay referencias de que en la antigua iglesia de San Benito hubiera ningún altar o capilla a la Stma. Cruz, ni reliquia del “Lignum Crucis”. Sí hay referencia del altar de la Stma. Cruz, en la iglesia de San José, en 1760. El actual “Lignum Crucis” que tenemos en Abanilla procede del Vaticano, de las reliquias de la Cruz de Cristo que allí se conservan, con visos de autenticidad. Llegó aquí el 24 de septiembre de 1939, con su correspondiente certificado. La anterior Cruz, cuya reliquia no hay constancia de que estuviera autentificada, fue confiscada en 1936. El relicario actual se hizo en 1989, imitando al de1944 (que no le pusieron el Cristo que llevaba la de 1936). En el altar de la Santa Cruz de la parroquia se conserva el de 1944.
            Los pajes que forman parte del cortejo de la soldadesca (capitanes y arcabuceros-tiradores-), llevan vestimenta barroca, del siglo XVIII. La referencia más antigua que se conoce de celebración de fiesta de moros y cristianaos en Abanilla, con soldadesca, data de 1598, en honor de San Roque, cuya ermita, demolida en 1967, fue bendecida por el obispo don Esteban Almeida, en 1561, a la advocación de San Sebastián y San Roque. Estaba enclavada en lo que ahora se llama “Paseo de la Ermita”. También está documentado que en el siglo XVIII, en esta ermita había un altar a San Antonio Abad (San Antón).
- Ermita de la Casa Cabrera.- La actual ermita, desconocemos si anteriormente hubo otra, fue edificada sobre 1714, a expensas del comendador don Juan de Cereceda y Carrascosa, que entonces era mariscal de campo. Está a la advocación de San Juan Bautista. Su diseño es como una maqueta de la iglesia de San José. Es de propiedad particular.
- La ermita de la Cañada de la Leña (Los Martínez).- Se edificó en 1891 y reedificada en 1921, a la memoria de los señores Bernardino Roca-Togores y Salcedo y doña Teresa Enríquez de Navarra, propietarios que eran de aquellas tierras y de la cañada de la Alheña, actualmente La Algueña, y la casa Pintada. Conserva esta ermita una artística veleta de hierro forjado, coronada por la cruz de Calatrava y en su cola un caballero a la jineta, lanza en ristre. 
Edificaciones civiles más significativas:
-La Encomienda.- Se edificó en el siglo XVII, por la orden de Calatrava, que obtuvo el señorío de la villa en 1434, por una permuta de posesiones con don Diego González de Toledo, tras la venta efectuada por los sucesores de los Rocafull a éste. Cesó la total dependencia de la Orden en 1873, tras la desamortización emprendida por Pascual Madoz Ibáñez (el del diccionario geográfico), que fue ministro de Hacienda. Se le llamó la casa del Infante y, probablemente, se refiera al infante don Juan José de Austria, hijo bastardo de Felipe IV, hermanastro de Carlos II, que fue primer ministro, capitán general y comendador de la orden de San Juan. Su construcción debió concluirse durante su mandato. En el subsuelo de la planta baja, zona abovedada de la fachada norte, hay enterradas unas tinajas de barro, de más de metro y medio de altura, en las cuales se guardaban los cereales, vino y aceite de los diezmos que percibía la Encomienda. En su construcción se observan y diferencian dos zonas distintas: la parte primera, abovedada y la posterior, en techos planos, donde ahora está el salón de actos y demás dependencias de la zona sur. Este edificio ha tenido múltiples aplicaciones a través de su historia más reciente: escuelas, academia de música, viviendas de particulares, taller y almacén de manufacturas de esparto (cofines), y cuartelillo de la mesnada festera de los Caballeros y Damas de Calatrava.
-La casa del Negro y los almacenes de la Encomienda:- El actual bloque urbano comprendido entre las calles Juan Carlos I, Emigrante y Encomienda, fue un edificio de oficinas y viviendas de los administradores de la Encomienda. Se le llamaba casa del Negro, porque en el alfeizar de la puerta hubo una figura tallada de mármol o piedra negra. Otro edificio próximo a la Encomienda es donde actualmente está en bar Catulo y la bodega de vinos El Rey. En ellos había una almazara, una bodega donde se elaborada y guardaba el vino y almacenes pertenecientes a la Encomienda.
-La Casa Pintada.- Fue uno de los primeros edificios grandes a extramuros de la población. Su construcción es del siglo XVI, con ampliaciones en el XVII, por los Enríquez de Navarra, administradores que fueron de la Encomienda y pertenecientes a la orden de Calatrava. Los balconcillos de la planta baja no son originales. Se colocaron a principio del siglo XX. Ha sido remodelada recientemente.
- La casa Cabrera.- Es una edificación del siglo XVII, que fue residencia del comendador. El blasón de su fachada se colocó a mediados del siglo XVIII y pertenece a don Ramón Cabrera La Encina, que era caballero militar de la Real Maestranza de Ronda. El patio interior era porticado, al estilo de La Mancha. El pozo original no estaba en el centro, sino en un ángulo. El actual es simulado. Todavía conserva en su interior elementos originales: puertas de cuarterones y una escalera. En su época estuvo rodeada de huerta y corrales para ganado.
-El Ayuntamiento.- Es una construcción del siglo XVIII. El antiguo Concejo, por las descripciones encontradas, estuvo en la puerta de la villa, en la Lonja. Se inició su construcción en 1751, concluyéndose las obras en 1762. Reinaba Fernando VI y era comendador de la villa su hermanastro, el infante don Luis Antonio. En su origen estuvo instalado en él el pósito, cuya puerta de acceso ha sido recientemente descubierta, en la parte sur, tras la remodelación de su fachada. Su tejado era de teja de cañón, que se sustituyó por teja plana. Su interior ha sido totalmente transformado a un modelo funcional actual. Conserva de su original la rejería de forja y los encuadramientos de sillería de sus fachadas.
Otros datos y referencias de interés:
- El puente sobre el río Chícamo, de la carretera a Mahoya, se inició su construcción en el año 1913, poniéndose en servicio en 1917.
- El acueducto por el que pasan las aguas para regar Sahués, tiene sus basamentos de origen romano. Fue destruido por unas riadas en el siglo XVIII y reformado en su parte superior.
- El azud que recoge las aguas en El Partidor, se hizo de sillería a mediados del siglo XVI.
- Los acueductos de Ricabacica y el del molino del Arco (actualmente de Pepe Chirrí), se hicieron de sillería en el último tercio del siglo XVIII.
- La orden de Santiago estuvo en posesión de Abanilla, desde 1266 hasta 1281.
- Los Rocafull tuvieron en posesión el señorío de Abanilla, desde 1281 hasta 1433.
- El rey de Aragón, Pedro IV El Ceremonioso, acampó con su ejército en la huerta de Favanella, en diciembre de1364, durante la guerra de los dos Pedros.
- Jaime I El Conquistador, intervino en la pacificación de Favanella, durante la revuelta mudéjar del reino de Murcia, acaecida entre los años 1264-1266.
- San Vicente Ferrer, predicó en esta villa en el año 1411, convirtiendo y bautizando a muchos moros.
- La Orden de Calatrava ejerció su jurisdicción sobre Abanilla, desde 1434 hasta 1856.
- En 1501, acogiéndose al decreto de los Reyes Católicos, tras la conversión de los mudéjares, Abanilla obtuvo el rango de villa y se creó el Concejo, suprimiéndose la aljama.
- Durante la dominación musulmana, Abanilla perteneció a Orihuela y al arráez de Crevillente.
- En la época visigoda, Abanilla perteneció a la Cora de Todmir (condado de Teodomiro, con capitalidad en Orihuela).
- Don Juan de Cereceda y Carrascosa, natural de Villares del Saz – Cuenca -, que llegó al grado de teniente general inspector de los regimientos de caballería de Valencia, Aragón, Cataluña y el Rosellón, fue designado comendador de Abanilla en 1709, por Felipe V, hasta su muerte, acaecida el 1 de noviembre de 1743.
- El obispo don Tomás Bryan Livermore, en el año 1897, en su visita pastoral a nuestra parroquia confirmó a más de tres mil personas. Pernoctó dos días en la casa del párroco don Francisco Bernal Yagües.
- José Tristán Rocamora, el donante del solar para construir la iglesia de San José, fue procurador síndico y alcalde. Murió en 1780. Tenía un Lignum Crucis de su propiedad y un rosario de Jerusalén. Fue también alguacil del Santo Oficio. En su finca de Mafraque tenía una ermita a San José. Sufrió prisión por oponerse a las pretensiones abusivas y licenciosas del administrador de la Encomienda, Jaime de Salazar, y del escribano Juan Avilés. En 1762 visitó el archivo del Sacro Convento Calatravo, en el castillo de Calatrava la Nueva. Viajó a la Corte para defender un contencioso contra el administrador del infante don Luis Antonio de Borbón, por cuestiones de diezmos.

Resumen elaborado por E. Marco. Cronista oficioso de Favanella, con los datos y documentación disponibles actualmente. Octubre de 2010

Nota.- La superficie del término municipal de Abanilla es de 23.396 ha (233´96 km2), aunque en algunas publicaciones, incluido las oficiales, pone que es de 236´6 km2, lo cual es erróneo. Dicho error proviene del Anuario Estadístico, que en la relación general por municipios de la Región da la cifra equivocada de 236´6, pero sumando las cifras parciales arroja la cantidad correcta de 23.396 ha: 5.178 ha de terrenos forestales; 13.460 ha de cultivos y 4.758 ha de otros usos.

CURIOSIDADES HISTÓRICAS DE NUESTRA VILLA


            En un libro de novela histórica que conservo, titulado “Tierra Negra”, cuyo autor es Domingo Manfredi, editado en 1957, se relatan las peripecias de una expedición al golfo de Guinea, en el año 1779. Formaban el contingente ciento cincuenta personas, entre soldados, carpinteros, albañiles, herreros y peones, embarcados en un buque de guerra y tres transportes: la fragata Soledad, la azomaca Concepción, el paquebote Santiago y la polagra Santa Engracia, con la misión de explorar la isla de Fernando Poo. Iba de comandante el conde de Argelejos y de segundo el teniente coronel Joaquín Primo de Rivera…como capitán de las naves don José Varela. Cita entre aquellos soldados a Diego Ramírez, de Abanilla, de Murcia. No sé si dicho nombre correspondería a un paisano nuestro, de carne y hueso, o sólo es ficticio, producto de la imaginación del autor, pues también constan otros nombres, de personas de otros pueblos de la Región y del resto del país.
            Más datos sobre el general Chacel, natural de Sahagún –León, a quien en 1903 nuestro Ayuntamiento le nombró “Hijo Adoptivo”, poniendo su nombre a la calle donde vivía su padre, el médico don José Chacel Ferrero, denominada ahora calle Princesa. Dicha casa, actualmente en estado ruinoso, hace rinconada entre la plaza de la Purísima y la referida calle, que la habitó últimamente Conchita Martínez Rivera, la del tío Cándido.- En el ejemplar nº XX, año XLI, del 30-05-1897, de la revista “La Ilustración Española y Americana” (adquirido por mi buen amigo Eugenio, cronista oficioso de Favanella, en una feria de antigüedades), hay una fotografía de este personaje, con la siguiente reseña que hace Carlos Luis de Cuenca. Dice así: En la página 336 publicamos el retrato del distinguido coronel de ingenieros don Julián Chacel García, ascendido recientemente a este empleo por méritos de guerra, y primer jefe de telégrafos de la Isla de Cuba. Este ilustrado jefe, que tanto ha brillado siempre en su carrera por sus conocimientos técnicos y trabajos profesionales del cuerpo de ingenieros, tomó parte, a las órdenes del general Bernal, en las operaciones de la guerra de Cuba, y fue herido en la mano derecha en el glorioso combate de Ceja del Negro, mereciendo por su valor la cruz de María Cristina. Cuantos conocen lo mucho que vale celebran su merecida recompensa.
            Otra posterior noticia sobre este militar, tras la pérdida de Cuba, es la dada por Juan José Floresta, referente a la ciudad de Melilla, donde estuvo destinado, y también tiene dedicada una calle. Dice así: Antes de instituirse el ayuntamiento melillense, en 1897 se creó la Junta de Arbitrios, compuesta por miembros del estamento militar, que a partir de 1902 admitió representación civil. Fue presidente de dicha Junta don Julián Chacel (general segundo jefe), quien con fecha 27-03-1907, publicó un edicto reclamando el arbitrio de una peseta mensual por cada una de las caballerías destinadas al transporte de mercancías.
            Con esta pequeña aportación sobre cuestiones históricas de nuestra villa, quiero contribuir a engrandecer nuestra identidad colectiva y, de paso, resaltar la desinteresada y entrañable labor que vienen realizando cuantas personas, sin ánimo de lucro, nos ilustran con sus escritos en el programa de fiestas. Ellos, aunque no sean “catedráticos”, merecen nuestro agradecimiento, máxime, cuando lo suelen hacer a costa de sus bolsillos, sin esperar recibir nada a cambio.          

Luis S. Caparrós Marco
Artículo publicado en el programa de fiestas de 2009

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CARLISTA EN ABANILLA


            Tras la muerte de Fernando VII se planteó el problema sucesorio entre los partidarios de poner en el trono a su hermano el infante Carlos María Isidro, y los defensores del derecho dinástico de la hija del rey, la princesa Isabel, lo que dio lugar a la primera guerra Carlista, la cual, entre otras, tuvo su repercusión belicista en las altas tierras del noroeste murciano y puntos limítrofes con Alicante, lugares de fácil penetración de los carlista, que dominaban el levante español. Orihuela fue una ciudad de arraigado integrismo, que llegó a enrolar una facción de 200 voluntarios en la partida carlista del jumillano don Miguel Lozano, militar profesional que alcanzó el grado de teniente coronel y murió fusilado en Albacete, a manos de la columna del liberal Portillo.
            Abanilla fue escenario de las correrías de uno de los lugartenientes del general carlista Cabrera (El tigre del Maestrazgo), llamado Forcadell. Su columna, en la primavera de 1837, efectuó varias operaciones de hostigamiento sobre territorio murciano, perseguido de cerca por el comandante isabelino don Pedro Chacón, que consiguió desalojarlo de Yecla y Jumilla. Inesperadamente, Forcadell irrumpió una noche la quietud de Abanilla, amedrentando al vecindario, saqueando la población y tirando por la ventana de su domicilio al secretario del Ayuntamiento, que murió por ello, dado que éste se negó a darle las llaves del arca de caudales municipal. Cometieron todo tipo de desmanes y atropellos, tal como lo refiere J. Riquelme Salar en su libro sobre la historia de Abanilla. Chacón preparó con urgencia efectivos que se dirigieron a socorrer a la población, pero el experimentado Forcadell les preparó una emboscada en un lugar próximo al pueblo, donde hizo varios prisioneros que fusiló de inmediato, emprendiendo la huida al amanecer, amparados por los vericuetos de la sierra. La muerte de estos milicianos isabelinos causó conmoción en Murcia y fueron objeto de exaltación romántica hasta el punto de llamarles “Los mártires de Abanilla”. Los  enterraron en el cementerio del Batalas y, dos años después (1839), trasladaron sus restos al cementerio de las puertas de Orihuela, en Murcia, con toda solemnidad y boato, para lo que se instaló un catafalco en la Glorieta, con procesión cívico militar y funerales en la Catedral. Sus compañeros de armas le encargaron un panteón al escultor Baglieto. Los periódicos de la época han dado cuenta de las andadas carlistas por Abanilla, las cuales resumo seguidamente:
- La Paz de Murcia. 05-01-1869: “El Ayuntamiento de Abanilla ha solicitado autorización de la Diputación para levantar una pirámide en memoria de los mártires de la libertad, sacrificados por la facción de Forcadell, el 29 de marzo de 1837…” (Desconocemos si dicha pirámide fue o no erigida)
- El referido diario, el 11-10-1870: “Se han quejado los vecinos de la plaza de Chacón, o de los Mártires de Abanilla, de los actos vandálicos que en ella causan continuamente los muchachos que allí acuden, subiéndose a los árboles y desgajando sus ramas, apedreando el monumento por el gusto de oír el sonido que produce, elevando sus piedras hasta la estatua de la Fama, que lo termina…estropeando sus lápidas…(este monumento se erigió en Murcia capital).
- El mismo diario, el 19-02-1875: “Varios de los fusiles que de Abanilla se llevaron los carlistas, los desecharon y fueron encontrados en el campo”.
- Ideen, 21-02-1875: “La partida que entró en Abanilla la mandan don Joaquín Aznar como jefe y don Francisco Asensio y su hijo don Antonio como comandantes”.
- Ideen, 18-04-1874:”Ha llegado a esta capital el cabecilla de la partida carlista levantada entre los términos de Abanilla y Orihuela. Son tres individuos que han sido hechos prisioneros por los voluntarios de Abanilla, al mando de su comandante don José León Atienza y el teniente don Antonio Ruiz Atienza, después de haber sostenido algún fuego cerca de ocho horas en la Umbría y sitio del Arrastrador. Quedan en la cárcel nacional a disposición de las autoridades…Debemos hacer mención de la actividad y celo del primer teniente de alcalde don José Chacel, que acompañado del síndico don José Yagües, se unieron al Sr. Atienza en la batida de la primera jornada, hasta que llegó el primer alcalde don Ginés Atienza…El Sr. Gobernador ha dado conocimiento de este hecho de armas de los voluntarios de Abanilla y de sus jefes,  al gobierno de la nación…El ministerio ha telegrafiado a la autoridad civil, elogiando tan leal conducta por la causa de la libertad, encargando se exprese así a su comandante, el consecuente liberal don José León Atienza”.
- Ideen, 28-04-1874, en un comunicado del Juzgado de Paz de Abanilla al citado periódico se da un detallado relato de los hechos, especificándose el nombre del cabecilla carlista, Almarcha, así como de los voluntarios, cuantificándose los daños de los robos cometidos en la cantidad de 500 Ptas., procedentes de los fondos municipales y del heredado de la huerta.     
- Ideen, 08-09-1875, dice: “El día 6 se produjo un encuentro entre carlistas, los carabineros y la guardia civil, que manda el Sr. Ganga…en el sitio del Agudo, entre la jurisdicción de Orihuela y Abanilla…Los carlistas huyeron a la desbandada, pues los vieron subir por Barinas, en dirección a la sierra del Carche”.
- Ideen, 27-01-1886, dice: “Los objetos que el alcalde ha remitido a la comisión de monumentos son: dos lápidas de mármol blanco en que se ven grabados los apellidos de las seis víctimas de Abanilla; al parecer fueron las primeras dos lápidas que se pusieron en el salón se sesiones del Excmo. Ayuntamiento. Tienen sus marcos de madera dichas lápidas”. (Se refiere al Ayuntamiento de Murcia capital)
- El diario de Murcia, del 10-12-1887 daba la siguiente noticia: “Un casi resucitado. Ayer se recibió en el gobierno civil la fotografía de un idiota, natural de Abanilla, llamado Pascual Cutillas Tenza, que, al objeto de identificar su persona, ha remitido el gobernador de Cáceres. A cerca del individuo en cuestión nos han referido la siguiente y curiosa historia: Hace trece años salió soldado el mencionado Pascual Cutillas, y como en aquella época de guerra civil  había manga ancha en la admisión y  reconocimiento de los reclutas, el infeliz Pascual, idiota y todo, fue llevado de golpe y porrazo al Norte. Su condición pacífica se avenía mal con los rigores y las fatigas de la guerra y un día dejó, al parecer, el campamento…y desapareció…Ni por más informes que se pidió se pudo averiguar la suerte del recluta…y en el batallón lo dieron de baja, creyendo que murió en el campo de batalla…su padre realizo, infructuosamente, un viaje en su busca, falleciendo poco después…Sus familiares persistieron en la tarea de indagar sobre su paradero, dando señales particulares de él, entre otras, la de tener varios grandes lunares en los brazos y espalda. Al cabo de trece años ha resultado Pascual Cutillas, en el hospital de Cáceres, donde ha sido retratado, desnudo completamente, para patentizar los dichos lunares. Dice que al huir del ejército se refugió en las cuevas de las montañas del Norte, donde hacía una vida salvaje y se alimentaba de lo que daba el monte, habiendo perdido el habla, aunque ya él era premioso para habla, cuando le arrebataron de su pueblo y de su familia. Hay algo aquí de la Isla Misterios”a.
- Ideen, el 09-03-1888: “La familia del sordo mudo Pascual Cutillas, natural de Abanilla, que se halla en el hospital de Cáceres, ha dirigido una instancia al Gobierno Civil, reclamando a dicho enfermo. Este es el mismo cuya larga historia de vicisitudes  relatamos hace unos meses a nuestros lectores…”
- Ideen, 03-10-1888: “Se han concedido billetes de ferrocarril, a mitad de su precio, para que la familia del sordo mudo de Abanilla vaya a Soria a recogerlo; y el Sr. Gobernador ha interesado a la Diputación Provincial para que abone el resto del costo del viaje”. (Lo de ir a Soria debe ser un error, porque estaba en Cáceres).
- El Liberal del 25-02-1908, en un artículo de José Frutos Baeza, sobre información histórica local de Murcia capital, “El arenal y la Glorieta”, refiere que en la Glorieta se realizó el solemne homenaje fúnebre a los patriotas muertos en Abanilla por Forcadell: “En el centro de la Glorieta se elevaba un costoso catafalco, y al desfilar frente a él la fúnebre procesión, con el Ayuntamiento precedido de maceros y porteros de vara, se descubrió una provisional inscripción de aquellos gloriosos nombres…”
            Sobre la persona del teniente de alcalde don José Chacel Ferrero, sabemos que fue médico director del balneario de Fortuna. Vivía en la casa que últimamente llamamos de la señorita Conchita, al comienzo de la actual calle Princesa, anteriormente del general Chacel, hijo suyo. El Diario de Murcia, del 20-09-1892 decía: “El sábado diez de los corrientes falleció en su casa de Abanilla don José Chacel Ferrero, cuyo entierro se verificó el lunes, asistiendo a él todo el pueblo en masa, dando así una prueba del cariño que tenían al jefe del partido conservador de aquella comarca, que fue en vida cumplido caballero en todo y por todo. El duelo fue presidido por su hijo don Julián Chacel García, comandante del Real Cuerpo de Ingenieros militares, por el alcalde del pueblo, don Monserrate Lillo, por don Santos Gómez de Albacete y otras personas distinguidas”. El doctor Chacel elaboró estudios y observaciones sobre el efecto terapéutico de los baños termales, así como de las propiedades medicinales de las aguas del  Balneario de Fortuna, las cuales se publicaron en revistas médicas de la época. El diario La Paz de Murcia, del 20-09-1892, también publicó la reseña de su fallecimiento, especificando que murió a la edad de 74 años. Su hijo, el general Chacel, fue comandante jefe de las fortificaciones militares de Cuba. A su regreso de dicha colonia estuvo en el Arsenal de Cartagena, pasando después a ocupar el cargo de director de la Escuela Superior de Guerra. Sobre este general dijo de él el diario El Liberal, de 20-07-1903, lo siguiente: “De memorable y de regocijo ha sido para este pueblo el de la venida del Excmo. Sr. don Julián Chacel García, general de brigada y en la actualidad director general de la Escuela Superior de Guerra. Una comisión compuesta por el Sr. Alcalde, varios concejales y muchos amigos han salido a recibir cariñosamente al que puede considerarse como hijo de Abanilla, porque no obstante no haber sido bautizado en esta parroquia de san José, se ha criado en este pueblo y en él conserva gratas afecciones. Hoy que sus heroicos méritos en la Isla de Cuba demostrados en varios combates que intervino y en uno de los cuales fue herido en la mano derecha; hoy que ostenta en su pecho meritorias cruces, viene a Abanilla no con deseo de lucir sus entorchados, sino para abrazar a la familia, a cuyo lado vivió y creció en sus primeros años y a saludar a todos sus amigos, sin distinción de clases ni personas, pues a todos quiere y todos lo estiman. En prueba de gratitud por los muchos y buenos servicios prestados en varias ocasiones a Abanilla y a aquellos de sus hijos que le han necesitado, el Ayuntamiento en representación de todo el pueblo le adopta como hijo. 18 de julio de 1903”.

E. Marco, con la colaboración de Ginés Rocamora Vives.

Publicado en el programa de fiestas de 2008            

lunes, 4 de octubre de 2010

CRONOLOGÍA DE LA SINRAZÓN DE UNA PARANOIA HISTÓRICA: EL ESCUDO Y LA BANDERA DE ABANILLA

Antecedentes del escudo:
  • En el programa de fiestas de 1917, así como en la página 2 del diario “El Liberal de Murcia”, del 16-10-1924, se observa que esta villa emplea como escudo municipal el blasón del infante don Luis Antonio de Borbón, hermanastro de Fernando VI, comendador que fue de Abanilla. Dicho blasón está pintado en un cuadro existente en el despacho de la alcaldía.
  • En los billetes emitidos por el Ayuntamiento, en marzo de 1937, se observa el empleo del referido escudo del Infante don Luis, pero alterado en los siguientes términos: Se le sustituyó la cruz de la Orden del Santo Sepulcro por la hoz y el martillo (símbolos del marxismo), la corona del Infante por la mural (empleada por la II República), así como el collar de la Orden del Toisón de Oro por dos ramas de laurel.
  • A partir de la década de 1940, el Concejo vuelve a utilizar como emblema municipal las armas reales; unas veces las del infante don Luis y otras las de Fernando VI, que están esculpidas en la piedra armera de la fachada del edificio consistorial. Su referencia la podemos ver en los programas de fiestas, en el cuño de recibos y documentos y en membretes. También se puso en las sillas del salón de plenos y en el pie de la Stma. Cruz.
  • En 1996, el programa oficial de fiestas publicó un escrito del historiador Serafín Alonso Navarro, el cual explicaba que las armas reales de los borbones (Fernando VI y el infante don Luis), no corresponden al concejo abanillero, pero que se utilizan como tal, “porque está asumido por el vecindario como algo propio, que se debía utilizar por su riqueza de colorido y símbolos hispanos”. También especifica que en el siglo XVI, Abanilla empleaba como escudo concejil la cruz de Calatrava con la leyenda FAVANIELLA y la corona ducal por cimera. Les recuerda a los reacios al cambio, que el actual blasón, de singular belleza, no les corresponde, por recoger simbología que no le son propias al concejo etc. etc., máxime que va orlado por el Toisón de Oro. Concluye con la siguiente recomendación: “Lo dicho. Hay que ahondar en la autenticidad de nuestras propias raíces”
  • En el programa de fiestas del año 1997, se empieza a imprimir y utilizar como escudo municipal una variante mutada de los blasones reales hasta ahora utilizados, habiéndole sustituido la corona real o la del Infante por la que se emplea para la heráldica de los municipios (a la coronela), eliminando el Toisón de Oro, aunque se le dejan dos cruces de Calatrava colgadas exteriormente de la corona, a ambos lados, y alterando el colorido de ciertos metales (colores) de su simbología heráldica. Presumiblemente la adopción mutada de este escudo sólo contó con la aprobación de los concejales afectos, careciendo del informe académico correspondiente y de proceso administrativo alguno, tanto a nivel autonómico como estatal. Se desconoce, al menos públicamente, quién ha sido el diseñador (rey de armas), que ha realizado la mutación referida, que desde 1997 emplea como enseña municipal el Ayuntamiento de Abanilla. A pesar de las advertencias documentadas antes referidas, de que las armas reales no corresponde su uso como concejiles, los responsables del gobierno municipal emprendieron una desmedida utilización del “diseño mutante”, ostentándolo en la rotulación callejera y demás lugares públicos, así como en objetos de regalo, metopas, folletos, programas de fiestas, membretes, tampones etc.
La Bandera:
  • En febrero de 1996, la concejalía de cultura envió escritos con acuse de recibo a los siguientes historiadores y académicos: J. Torres Fontes, A.L. Molina Molina, S. Alonso Navarro y L. Lisón Hernández, pidiéndoles su opinión y consejo sobre el proyecto de diseñar una bandera municipal, “partiendo del escudo en uso”, es decir, del diseño mutante antes mencionado con las armas de Fernando VI. El resultado de esta consulta fue la siguiente: Torres Fontes y Molina Molina no contestaron. L. Lisón Hernández, diplomado en Heráldica, Genealogía y Derecho Nobiliario, con fecha 28-02-1996, dirigió un escrito a la concejala de cultura en el que le expresaba que el actual escudo que se emplea en Abanilla no está legalizado, por lo que su uso no es correcto, puesto que pertenece a la dinastía borbónica. Le explicaba, entre otras cuestiones, que para diseñara la bandera, primeramente había que empezar por localizar el escudo propio, puesto que Abanilla, en tiempos pasados, lo tenía. Terminaba su carta así: “Sin otro particular quedo a la espera de sus gratas noticias y aprovecho la ocasión para saludarle muy cordialmente”; Y no le contestaron.
  • El que sí que aceptó el encargo de realizar el proyecto de la bandera municipal, tomando como base el escudo mutante en uso, fue S. Alonso Navarro, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y corresponsal de la Real Academia de la Historia, por lo que procedió a su redacción.
  • El 6 de junio de 1996, en pleno ordinario, el grupo popular propone la creación de la bandera. El grupo socialista presentó una moción alternativa, en la que especificaba que antes de proceder al diseño de la bandera, era necesario “localizar el escudo histórico del municipio, porque el que se usa es incorrecto, por ser de un monarca”. Debatido el tema y tras los pros y los contras que se reflejan en el acta, el grupo socialista retira su moción y, por unanimidad, se aprueba crear una bandera sin cambiar el escudo en uso.
  • El 24 de julio de 1996, en comisión informativa se da cuenta del “Proyecto de bandera de Abanilla”, elaborado por S. Alonso Navarro. En la página 12 hace la siguiente puntualización: “Todo ello entendiendo que se carece de datos directos que ilustren sobre la existencia de una bandera antigua que pudiera servir de base y referencia y prescindiendo del ESCUDO ACTUAL, cuya legitimidad y costumbre de uso vecinal, tiene carta de naturaleza en Abanilla, sin que quepa ocuparse aquí de su autenticidad”.
  • El 5 de septiembre de 1996, el grupo socialista presenta otra moción para que se estudie la localización del escudo histórico del municipio, antes de proceder a aprobar la bandera. La moción es desestimada por votación en contra.
  • El 14 de octubre de 1996, en un pleno extraordinario se aprueba, “por unanimidad”, la bandera de Abanilla, según el proyecto redactado por S. Alonso Navarro. Comienza el procedimiento administrativo para su aprobación oficial.
  • 18-11-96. Se remite la documentación a la Dirección General de la Administración Local, de la Consejería de la Presidencia de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
  • 24-01-97. La Real Academia Alfonso X El Sabio, tras estudiar el proyecto de la bandera, informa NEGATIVAMENTE, por emplearse símbolos y colores reales, los palos aragoneses etc.
  • 07-02-97. La Consejería de Presidencia devuelve el expediente al Ayuntamiento, adjuntándole el informe negativo de la Real Academia.
  • 10-02-97. El Ayuntamiento se dirige a la Real Academia para que le facilite un informe más detallado y con una posible propuesta de bandera, para debatirlo con el proyecto ya realizado por S. Alonso.
  • 19-02-97. Contesta la Real Academia, indicando que dicha institución tiene por misión informar sobre los trabajos que le remiten, que no realizar estudios ni elevar propuestas, puesto que no puede ser a la vez “juez y parte”.
  • 03-03-97. En comisión informativa, y una vez considerada la contestación de la Real Academia, acuerdan dar por válido el proyecto de bandera de S. Alonso Navarro, haciendo caso omiso a los escritos académicos.
  • 20-03-97. Vuelven a remitir todo el expediente a la Consejería de Presidencia.
  • 08-04-97. La Consejería de Presidencia comunica que es necesario que todo lo anterior sea ratificado por el pleno.
  • 12-06-97. Se le remite a la Consejería de Presidencia el acuerdo del pleno celebrado el 05-06-97, ratificándose en el proyecto de S. Alonso.
  • 30-06-97. La Consejería de Presidencia indica al Ayuntamiento que el expediente debe ser expuesto a información pública, por lo que el 16-12-97, se publica en el Boletín Oficial de la Región de Murcia nº 297 (BORM).
  • 05-02-99. El BORM nº 29, publica el decreto 6/99 de la Consejería de Presidencia, por el que se aprueba “La Bandera de Abanilla”.
  • 02-04-99. El diario La Opinión publica una carta al director, de E. Marco, en la que entre otras cosas dice que en un acta del concejo abanillero, del 6 de octubre de 1573, existente en el Archivo Histórico Provincial, protocolo 9085, folio 175, consta que “tiene el dicho concejo una bandera de tafetán verde y azul”.
  • En abril de 1999, la Asamblea Regional editó un libro que lleva por título “Símbolos Municipales de la Región de Murcia”, cuyo autor es el ya mencionado L. Lisón Hernández. En sus páginas 20 a 21 analiza el atípico y erróneo caso del escudo de Abanilla, utilizando las armas reales de Fernando VI o del infante don Luis, poniendo en evidencia el anacronismo histórico cometido, toda vez que reseña la existencia documentada, desde el siglo XVI, del escudo redondo con la cruz de Calatrava y la leyenda FAVANILLA, con el que el Concejo sellaba sus documentos, algunos de los cuales se conservan en el Archivo Municipal de Murcia y de los que el autor ya dio relación en una separata que se editó en 1992, “Miscelánea Medieval Murciana”, página 164. Concluye diciendo: “Abanilla necesita urgentemente adoptar un nuevo escudo, teniendo en cuenta su historia y los antecedentes citados”.
  • A partir de mayo de 1999, un equipo de personas cuyo nombre omito, coordinan sus investigaciones respecto al histórico escudo y la bandera de Abanilla, en los archivos regionales y nacionales, dando los siguientes resultados: Que Abanilla utilizaba las armas de los borbones antes de 1936, sin que exista ningún expediente oficial que lo autorice, por lo que su utilización es fáctica, es decir, indebida. Que S. Alonso Navarro ha omitido informar que sí existe referencia sobre la histórica bandera de Abanilla, la verde y azul, en el Archivo Histórico Provincial, así como que el escudo histórico es el de la cruz de Calatrava, que en su publicación del programa de fiestas de 1996, “Anotaciones sobre el Escudo de Abanilla”, especifica claramente, advirtiendo que el escudo en uso no nos corresponde. Lo anterior denota que su proyecto de bandera está viciado y ha sido redactado condicionadamente, omitiendo las recomendaciones de la Academia Alfonso X, haciéndole un flaco favor a la historia de Abanilla.
  • En el pleno del 15-11-99, el concejal portavoz del grupo socialista, J.A.G.R. conocedor de las investigaciones antes mencionadas, ruega se revise el diseño de la bandera, con el fin de tratar de corregir los errores cometidos en el proyecto efectuado por S. Alonso Navarro.
  • 17-01-2000. El grupo socialista presentó una moción para revisar la bandera, indicando los errores manifiestos que se han cometido. El grupo popular pidió que fuese retirada la moción, por ser un tema que ya fue consensuado y aprobado por unanimidad en la anterior legislatura. Prometen que hablarán con S. Alonso Navarro para que considere el tema.
  • En enero y febrero de 2000, tienen lugar reuniones informales con S. Alonso, para tratar de esclarecer el asunto de la histórica bandera.
  • 20-03-2000. El grupo socialista vuelve a presentar la moción por segunda vez, pidiendo se empiece el estudio por el escudo. Ante esto el Alcalde manifiesta: “que mientras él ocupe este cargo, el escudo de Abanilla no se cambiará, ya que ha sido el utilizado durante más de 200 años”. La moción es desestimada por votación en contra del grupo popular.
  • 12-03-2001. Juan Manuel San Nicolás Sánchez, licenciado en Geografía e Historia Medieval por la Universidad de Murcia, al amparo de la ley del Procedimiento Administrativo, interpone ante la Consejería de Presidencia de la Comunidad Autónoma, un Recurso Extraordinario de Revisión, a fin de corregir los errores manifiestos observados en el proyecto de la bandera de Abanilla y su aprobación con el informe negativo de la Real Academia Alfonso X El Sabio.
  • Ante la demora en contestar, el interesado recurre a la Casa Real y al Defensor del Pueblo, los cuales envían sendos escritos a la Consejería de Presidencia, que con fecha 22-11-2002 desestima el recurso interpuesto, dando opción al inicio del contencioso administrativo.
  • Uno de los investigadores, en octubre de 2002, elevó escrito-consulta a la Real Academia de la Historia, en Madrid, para aclarar conceptos. En marzo de 2005 (dos años y cinco meses después), recibió contestación. En ella se especifica que legalmente las armas reales no se pueden utilizar como escudos municipales. Sobre la bandera advierten que su variación sobre las históricamente documentadas es competencia autonómica. En las normativas autonómicas de nuestra Región, como ya se ha reseñado anteriormente, le compete informar a la Academia Alfonso X el Sabio, la cual,  en su momento, lo hizo negativamente al diseño realizado por S. Alonso Navarro respecto a la bandera, por emplearse símbolos y colores reales, los palos aragoneses etc., a pesar de lo cual fue aprobada por decreto de la Consejería de la Presidencia.
  • Tras la interposición del recurso contencioso-administrativo en el Tribunal Superior de Justicia de Murcia, en diciembre de 2004 tuvo lugar la primera vista para la aportación de datos. Comparecieron, por parte del demandante, dos acreditados calígrafos que transliteraron el acta del Concejo del 6-10-1573 y L. Lisón Hernández, el cual expuso todo lo que ha publicado y recopilado respecto a los símbolos municipales de Abanilla, manifestando que él ya advirtió a la concejalía de cultura, por escrito, que el escudo empleado no era el correcto, sin que tuvieran la deferencia de contestarle. Este tribunal falló en contra del demandante, ateniéndose exclusivamente al procedimiento administrativo.
  • El demandante, en desacuerdo con el fallo recurre al Tribunal Supremo, Sala de lo Contencioso Administrativo, el cual también ha fallado en su contra, sin desvirtuar la razón histórica de sus argumentos, debidamente respaldados por las Reales Academias de la Historia. Por tanto, en base sola y exclusivamente del Procedimiento Administrativo, judicialmente ha triunfado la sinrazón. Una vez más se confirma aquello de que si rectificar es de sabios, en algunos lugares la sabiduría brilla por su ausencia y…lo otro, se confirma por su abundancia. El municipio de Abanilla seguirá ondeando “sine díe” su pendonera bandera y ostentando impunemente como emblema municipal el “popurrí” de las armas reales de Fernando VI, con el informe negativo de las autoridades académicas afectas, en tanto en cuanto siga a flote la sinrazón.
  • Y para que a ningún abanillero le quepa la menor duda sobre la utilización incorrecta del actual emblema municipal, en base al cual “se parió la bandera pendonera”, le remitimos a “La Historia de Abanilla”, editada por Musá Ben Nusayr, en 2008, dirigida por don Juan Torres Fontes, tomo II, página 153, donde se hace la siguiente puntualización: No se tiene constancia de que el escudo que en la actualidad representa a Abanilla tenga la aprobación de la Real Academia de la Historia. De no tenerla, sería conveniente realizar un diseño técnico, con justificaciones históricas y heráldicas y someterlo al dictamen de las Real Academia de la Historia. Justificaciones históricas las hay de sobra, tanto en esta obra como en otras publicaciones sobre Abanilla.

Juan M. San Nicolás Sánchez y E. Marco.